Hace cincuenta años, cuando uno sufría de un infarto del corazón, se
le indicaba sistemáticamente reposo por uno o dos meses y ojo con
levantar cualquier tipo de peso.
Luego se vio que la actividad física era mucho más eficaz que el reposo para la rehabilitación del paciente.
El primero que llamó la atención sobre esto fue el Dr. Kenneth
Cooper, estableciendo que caminar y trotar frecuentemente fortalecía y
mejoraba el rendimiento del sistema cardiovasular.
Esto fue en la década de los setenta.
A mi me impactó mucho una historia que cuenta el Dr. Cooper que sucedió
en esos primeros años con un piloto de la fuerza aérea de los EE UU.
Este piloto, sufrió un dolor de pecho mientras estaba volando y luego consultó con los médicos.
El diagnóstico fue que sufrió un preinfarto, una disminución de la
irrigación sanguínea en el corazón que no fue tan importante como para
causar un infarto pero sí le provocó los dolores.
Como consecuencia de esto inmediatamente se le prohibió volver a su
actividad y para la fuerza aérea su suerte estaba echada: jamás podría
volver a volar.
Este hombre, que no llegaba a los 40 años se sintió como Maradona cuando dijo que le cortaron las piernas.
Fue entonces cuando se enteró de las investigaciones del Dr. Cooper, y fue a consultarlo.
Inmediatamente, fue puesto en un plan de entrenamiento, caminando
primero y trotando después, a medida que mejoraba su adaptación al
ejercicio.
A los tres meses de estar en la base donde estaba rehabilitándose, se le dijo que ya podía volver a su casa y seguir corriendo.
Así lo hizo hasta de después de varios meses más pidió su reincorporación al trabajo.
En esa época, como ere de esperar, le dijeron que no había posibilidades de que alguna vez pueda volver a pilotear un avión.
Consultó nuevamente al Dr. Cooper para que intercediera, así lo hizo
pero no hubo caso. Entonces se le ocurrió decir que este piloto estaba
en condiciones de seguir con su trabajo ya que era capaz de correr una
maratón de 42 Km.
Se organizó una junta médica que presenció las 105 vueltas alrededor de la pista de 400 metros que este señor corrió.
Asombrados, igualmente no se animaron a aceptar que volviera a su trabajo, era mucho para esa época.
Entonces se le ocurrió al Dr. Cooper que se le haga una
cineangiocoronariografía para ver como estaban las arterias coronarias,
que son las que llevan la sangre a las fibras musculares del corazón.
Así se hizo y se constató que el diámetro de estas arterias era mucho mayor que en el promedio de la gente.
Recién en ese momento aceptaron su reingreso como piloto.
Más adelante la discusión era cuanto ejercicio y de que tipo era necesario para dejar de llevar una vida sedentaria.
Llegaron a la conclusión, la Sociedad Americana de Cardiología, que era
necesario caminar o trotar media hora por día, 5 veces a la semana, para
proteger y fortalecer al corazón.
Hace menos de 10 años se sumó a la discusión, la sociedad Americana de
Medicina del deporte y juntas publicaron un informe donde la
recomendación era:
caminar o trotar, pero si se podía correr era mejor todavía, tres veces a la semana, y dos veces a la semana hacer ejercicios de fortalecimiento muscular, contra resistencia, o sea empleando pesas o aparatos.
Como esto sigue siendo nuevo, los temores siguen, agregan que esto es para personas sanas de 18 a 65 años.
Por supuesto esto va a tener que ser modificado pronto porque ya la
tercera edad no es la de más la última, sino que ahora tenemos la cuarta
edad !!!
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